¡Qué asco!

Ese ha sido el comentario de mi mujer cuando ha visto el improvisado criadero de moscas en el alféizar de la ventana. He de reconocer que, la mayoría de la gente, lo que suele tener en las ventanas son geranios u otro tipo de planta en maceta. Yo tengo un improvisado criadero de moscas. Cuando traté de acostumbrar a los bichos a las larvas, compré en Decathlon cebo vivo, esto es, larvas de un tipo de mosca, Phormia sp. Los bichos no se mostraron interesados en las larvas y se quedaron allí, en el alféizar de la ventana. Empuparon y, ahora, se han transformado en enormes moscardones que sirven de alimento a la rana, lagartijas, mantis, arañas y hasta a la Gluvia dorsalis que tenemos en acogida. No he decidido aún que voy a hacer con el excedente de moscardones, pero, de momento, he apartado unas cuantas para ver si crían una nueva generación que pueda asegurar el alimento invernal a los inquilinos del Zoo en casa.

Septiembre, el mes de las mantis

Desapercibidas durante todo el verano, las ninfas de Mantis han ido creciendo y mudando durante el mismo, ajenas a nuestra vista.
Aunque generalmente suelen tener un color verdoso, resulta que, a veces, no es así. Parece ser que durante la última muda es el aspecto de la vegetación del entorno la que determina la coloración final de la Mantis. Y debe ser cierto. Este año son marrón parduzcas, como la vegetación, bastante seca debido a la escasez de lluvias durante este verano.



En Septiembre, suelen haber llegado a la madurez y se hace frecuente su presencia, en especial por las noches, acudiendo a las fuentes de luz para apresar a sus víctimas. Las que nos visitan este año tienen esa tonalidad marrón que hemos mencionado y que se puede apreciar en la foto. Las que nos visitaban el año pasado eran del tipo de la foto siguiente:



En cualquier caso, las mantis representan una familia de insectos fascinante digna de admiración para este último mes del verano.

Con ganas de emprender el vuelo

Mientras regaba el lilo próximo a la entrada de mi casa, me dedicaba a observar el hormiguero que hay en las inmediaciones del mismo, y al que suelo someter a una particular observación en el mes de octubre cuando las hormigas aladas, las futuras reinas, lo abandonan para "probar" suerte en la formación de una nueva colonia. Me ha llamado la atención la presencia de una hormiga alada que salía del mismo. Aunque han sido unos escasos segundos, la humedad del suelo ha puesto de manifiesto la "necesidad" de salir a echar un vistazo para ver si era el momento esparado, que no lo era. Pero lo cierto es que, en el hormiguero, se encuentran preparadas a la espera de su momento.

Parece una avispa

Pero no lo es. Relamente se trata de un díptero, es decir, un insecto de los que genéricamente denominamos moscas. Liban el néctar de las flores y adoptan el aspecto de abejas o avispas, como en este caso, para protegerse de los depredadores. Son totalmente inofensivos y carecen de aguijón. La principal diferencia con otros himenópteros (abejas o avispas), radica en las antenas, que son muy cortas, como las de las moscas. Es una importante familia, los sírfidos (Syrphidae), con más de 200 géneros y miles de especies. Una de las principales características que les definen es la extraordinaria capacidad que tienen para el control del vuelo, siendo capaces no sólo de suspenderse inmóviles en el aire, sino de avanzar en cualquier dirección sin girar el cuerpo. Su nombre en inglés se traduce como «moscas cernidoras» o «moscas cernícalo» (hover flies), aludiendo a esa habilidad. En castellano, a menudo, se las denomina "moscas de las flores", entre las cuales se las encuentra de forma habitual.



El punto luminoso de este ejemplar, en el tórax, es un reflejo del sol.