26 septiembre 2010

Misión imposible

Así ha resultado el intento de sacar adelante las orugas de Papilio machaon que aparecieron en la ruda del jardín. Nos habíamos propuesto sacar adelante estas orugas hasta su transformación en crisálida para que la primavera próxima se convirtieran en la bella mariposa macaón o cola de golondrina.



De buen comer, dejaron la ruda completamente desnuda sin que hayamos podido encontrar ningún ejemplar de esta planta en ninguno de los viveros de la zona, y son unos cuantos. Parece ser que se trata de una planta ornamental de primavera. Los intentos de adaptar las orugas a otras plantas nutricias una vez iniciado el desarrollo de las orugas, tampoco ha funcionado.



Con pena, observábamos impotentes el proceso de migración en busca de alimento de las oruguitas. Como el resto de integrantes de la familia Papilionidae, la oruga tiene un órgano carnoso habitualmente oculto, el osmeterium, que se despliega cuando la oruga se siente amenazada y emite una secreción de olor desagradable. Nos dedicamos a incordiar un poco a alguna que otra oruga intentando fotografiar el osmeterium de Papilio machaon.





Pero no parecían sentirse amenazadas por nuestras putaditas. Sólo lo conseguimos en una ocasión y el resultado es la foto siguiente, desafortunadamente desenfocada, pero útil para que os podáis hacer una idea del osmeterium.



La primavera próxima intentaremos hacerlo mejor para conseguir orugas de esta bella especie de lepidóptero y conseguir criarlas gracias a lo que hemos aprendido en este enlace en el que se nos explica todo el ciclo vital de Papilio machaon.
Como curiosidad, citar que esta especie de mariposa es protagonista habitual en las emisiones de sellos de diferentes países, esto es, entomofilatelia, sobre la que dedicamos una entrada hace un tiempo.





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19 septiembre 2010

Lluvia de hormigas

Las recientes lluvias nos han propiciado una observación curiosa: una auténtica lluvia de hormigas. Por estas fechas, cuando la climatología es propicia, solemos asistir a una auténtica actividad frenética en los hormigueros, y de paso a comprobar que nuestras deducciones son, a menudo, erróneas. Hoy hemos podido observar algo que no habíamos tenido ocasión de hacerlo anteriormente. Las hormigas que caían del cielo no provenían de ninguno de los hormigueros próximos a nuestra casa que se encuentran perfectamente controlados. Las futuras hormigas reina, presumiblemente Mesor barbarus, caían emparejadas con los machos en plena cópula.





En seguida se revolvían como para, amenazantes, desprenderse del molesto macho y volver a emprender el vuelo. El apareamiento se produce durante el vuelo nupcial, aunque en algunos casos, como hoy hemos podido comprobar, se montan auténticos tríos.



Es probable que exista alguna señal por la cual, cuando el apareamiento haya sido efectivo y el esperma del macho sea atesorado por la hembra, esta se desprenda de sus alas para buscar donde empezar la nueva colonia. Y rápidamente, ya que, como hemos podido observar, se convierten en presa fácil de otros depredadores: Formica rufa



Una hembra que se ha desprendido de sus alas ha sido apartada para ver si, en un medio adecuado, nos proporciona la posibilidad de formar una nueva colonia.
Como hemos mencionado en diferentes ocasiones, fotografiar hormigas es realmente complicado.

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11 septiembre 2010

Más de huevos

El reportaje anterior sobre la disección de los huevos de Phyllium giganteum por Manuel Toro, despertó nuestra curiosidad por los Eurycantha, esto es, el insecto palo gigante espinoso de Guinea Papúa. Las nuevas expectativas surgidas con el eurycanthito se vieron colmadas con el nacimiento de siete ninfas más. Sobreviven seis que se alimentan y crecen a buen ritmo.
Ello nos llevó a buscar huevos de Eurycantha calcarata y los encontramos.



Sin embargo, estos huevos no aparecieron en el habitáculo en el que nacieron las ninfas. A finales del verano pasado, la hembra de Eurycantha madre de estos huevos fue trasladada de receptáculo y los huevos fueron detectados en el anterior recipiente gracias a un inesperado corrimiento de tierras. Este dato es importante porque os recordamos que esta especie entierra los huevos. Por el tiempo transcurrido y la falta de humedad, resulta evidente que estos huevos ya no prosperarán.



Pero el hallazgo de estos huevos nos han hecho replantearnos la historia sobre la que elucubrábamos en la entrada del eurycanthito.
Hemos hecho referencia en este blog a los huevos de diferentes especies de fásmidos y vamos a aprovechar para hacer un pequeño repaso de los mismos.



Hace ahora cuatro años que comenzábamos nuestra aventura como criadores de insectos palo y la andadura de este blog a propósito de que nos regalaron un kit de cría de Carausius morosus (en la foto superior).
Un año después recibíamos en adopción algunos ejemplares de Medauroidea extradentata que pronto empezaron a poner huevos.



Ambos tipos de huevos, tanto los de Carausius morosus como los del Medauroidea extradentata, presentan los que se denomina el capítulo en el opérculo. En el caso de Carausius morosus es muy llamativo por ser de color amarillo.
Nuestra siguiente aventura, hace ahora dos años, fue con el insecto hoja Phyllium siccifolium.



Una ninfa acabó sobreviviendo y se convirtió en un importante protagonista de este blog: Phil, como la llamábamos cariñosamente. No obstante, esa aventura se acabó malogrando en la última muda. Como se malogró también la aventura de los huevos de Manolo a propósito de Phyllium giganteum.



Pero así, los huevos nos dicen muy poco. Es por ello por lo que hemos hecho esta foto para que comparéis tamaños.



De izquierda a derecha, huevos de Medauroidea extradentata, Eurycantha calcarata, Carausius morosus y Phyllium giganteum. Se puede apreciar que dos de los huevos de Carausius morosus han eclosionado y no presentan opérculo.

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01 septiembre 2010

Ahora disecando el huevo

Nuestro buen amigo Manuel Toro, del CEDEX, es un colaborador habitual al que recurrimos para la identificación de alguna que otra especie de efemeróptero, o para sesiones fotográficas del insecto palo de Miraflores. Pero sin duda alguna, en este blog es más conocido por sus huevos: los huevos de Manolo.





Se ha cansado de esperar la eclosión que no llega de los huevos de Phyllium giganteum, y ha procedido a su disección. El reportaje que os mostramos a continuación ha sido realizado por Manuel Toro que nos ha autorizado a reproducirlo aquí.
Los huevos de Phyllium, como los de todos los fásmidos en general, están formados por una cáscara dura y resistente que contiene un endocorion y un exocorion. El exocorion es la parte más externa y gruesa.



El endocorion, con su cara interna semejando una estructura en celdillas, se encuentra en contacto con la membrana vitelina.





Esta membrana vitelina semitransparente es la que envuelve al vitelo o embrión propiamente dicho.





Como todos los huevos de los fásmidos, presenta la placa micropilar con el micropilo, lugar por donde entraría el espermatozoide para fecundar al huevo, aunque no es el caso de Phyllium giganteum, ya que estos huevos son partenogenéticos.



En uno de los polos del huevo, se encuentra el opérculo, una especie de tapa que es por donde sale la ninfa una vez completado su desarrollo embrionario.





Y hasta aquí la anatomía del huevo del insecto hoja Phyllium giganteum. Vamos a intentar llevar a cabo un reportaje histológico a nivel microscópico, pero eso nos llevará tiempo.

Reportaje fotográfico: Manuel Toro (con autorización).

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