07 mayo 2011

Una apuesta arriesgada

Los insectos, excepto los sociales, carecen de eso que damos en llamar instinto maternal. La inmensa mayoría de ellos realiza la puesta de los huevos abandonándolos a su suerte. Si bien es cierto que las madres, para asegurar la continuidad de la especie, acostumbran a poner los huevos sobre las plantas nutricias o al abrigo de las inclemencias del tiempo o del acecho de depredadores, la mayoría de las veces es el azar el que determina el devenir de la puesta.



Para estos huevos, la apuesta no puede ser más arriesgada. Imposible averiguar de qué género se trata, ni siquiera el orden. Descartado que se trate de un Lepidoptera, que suelen hacerlo sobre las plantas nutricias, es probable que se trate de Coleoptera, quizás por la similitud con los huevos de Coccinella. Esta puesta ha sido realizada sobre el borde de la ventanilla de un coche, como se apuede apreciar mejor en la foto siguiente.



Como sentíamos curiosidad por saber de qué especie se trataba, procedimos a intentar trasladar los huevos a un ambiente más favorable. Lamentablemente, muchos insectos utilizan sustancias adherentes que actúan como auténticos pegamentos para fijar la puesta. El resultado fue un irreparable daño sobre muchos de ellos, aunque alguno que otro mostrara signos de integridad tras un análisis minucioso. Sin embargo, no ha salido ninguna larva y todos se han deteriorado.

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