05 septiembre 2013

Crecer

Si en la entrada anterior hacíamos referencia al nacimiento de las ninfas de Empusa pennata, cuya especie de mántido se ha convertido en la protagonista de este verano, hoy volvemos a ellas porque, un mes después, para nuestra sorpresa, al menos una ha sobrevivido a la cruel naturaleza.


Las diminutas ninfas recién nacidas de aspecto tan frágil, ofrecían pocas expectativas en el ambiente hostil de la ruda frecuentemente visitada por arácnidos y otros mántidos como la Ameles spallanziana.


Pero la observación de una ninfa que ha completado ya alguna que otra muda, nos devuelve cierta esperanza. La hembra adulta de Empusa pennata  distribuyó su prole en diversas ootecas por la planta ofreciendo de esa manera mayores posibilidades de supervivencia.


En cualquier caso, la habilidad para el camuflaje de los mántidos en general, y de las pequeñas ninfas en particular, nos impide saber si este ejemplar que se ha dejado ver para nuestra satisfacción, tiene más hermanos o hermanas escondidos por la planta.


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